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FESTIVIDAD DE SAN MARTÍN noviembre 2019
El día 14 de noviembre y por quinto año consecutivo celebramos con júbilo la festividad de San Martín de Tours, viendo con satisfacción la gran afluencia de personal ataviado con la capa castellana.
Comenzamos el día concentrándonos en la Plaza Mayor para asistir a continuación a la celebración de la Eucaristía en la sacristía de la Iglesia, esta vez por una causa más que justificada: las obras de restauración del Retablo Mayor.
La sorpresa fue que pudimos ver, con la autorización de los restauradores, la primera limpieza de la imagen de San Martín:
Quedamos muy sorprendidos por ver la imagen tan cerca y tan lustrosa, porque los colores son brillantes en dorados, rojos, verdes y negros y los detalles tallados impresionantes; por ejemplo en la bota, además de los dibujos que la adornan, llaman la atención la espuela, el estribo y el tacón. Destacables también los pliegues y dibujos de la capa y el vestido propios de un caballero del siglo XVII. Muy llamativa la riqueza en adornos del sombrero, de ala ancha doblada en el frente para poder apreciar los detalles del rostro de San Martín, un joven apuesto y bien ataviado. Inconfundibles del estilo de las imágenes de Esteban de Rueda son los tirabuzones delante de las orejas, que se aprecian también en otras obras que tenemos de ese autor, como el Cristo del Socorro o el relive del nacimiento de la Virgen.
A la salida, nos hicimos la foto oficial.
Después recorrimos los bares degustando los pinchos que nos preparan para este día, acompañados por los dulzaineros que amenizaron durante la mañana todo el recorrido.
En el trayecto hacia el Mesón, hicimos una parada en el Caño de las Eras para hacernos una foto, porque este año se ha realizado la restauración y rehabilitación del edificio y los alrededores. Se le ha dado un uso como descansadero de peregrinos y se ha conseguido además mejorar la imagen de una de las entradas al pueblo.
Muy valorable es el carácter intergeneracional de la fiesta, lo bonito de este día es que nos reunimos niños, jóvenes y mayores.
LLegada la hora de comer, nos juntamos como en años anteriores, en el Centro Cultural para degustar el típico arroz a la zamorana, y como postre ya tradicional, las rosquillas y flores acompañadas de nuestro licor café.
Como colofón disfrutamos de una sesión de Discomovida hasta últimas horas de la tarde.
Cada año nos sentimos más satisfechos de la buena acogida de la celebración de esta fiesta. Hasta el buen tiempo nos acompaña